No hay más cocoa,
cada cual para su casa,
salen calientes
y se empiezan a abrazar.

Salen contentos,
y nadie sabe por qué,
arrancan para una mesa
a liquidar el cuplé.

Y sobre 20 por 20,
lo que mide una baldosa,
el murguista es una rosa
decorando el mostrador.

Estudia la situación,
interpreta cómo viene,
y de mientras se entretiene
tomando contra reloj.

Oye sonido a mañana,
la noche se fue volando,
y él que sigue amenazando:
la última que me voy.

Endereza el espinazo,
sale a respirar la calle,
y en la puerta de un garage
da la espalda en un rincón.

Para un taxi con el bolso,
se tira como un golero,
y con tono de murguero
le canta la dirección.

Edú Lombardo


Edú "Pitufo" Lombardo y Pablo "Pinocho" Routín (murga Madre) - No hay más cocoa